VIVAC EN EL PEÑÓN DE RONDA.
Recupero esta ruta que hice con el gran senderista y amante de las aulagas José Antonio Sarria, alias Max Power, hace un par de años por algunos de los entornos más bellos y salvajes de la Sierra de las Nieves.
RESUMEN DE LA RUTA
La ruta circular partió desde el mirador del Saucillo recorriendo parte del mayor pinsapar del mundo, el de Yunquera. Posteriormente ganamos altura hasta coger junto al Picacho el camino hacia los Ventisqueros en dirección al Peñón de los Enamorados. A unos cientos de metros de esta montaña nos desviamos por una senda a la derecha buscando la cañada del Canalizo, dando ya vistas a la parte norte de la Sierra de las Nieves.
La senda desciende hasta el siguiente hito del camino: la fuente del Canalizo. El camino tiene tramos en regular estado pero unas marcas con plásticos rojos ayudan en la bajada. Nos vamos acercando de nuevo al bosque de pinsapos, junto a los Hoyos de la Caridad.
En la fuente del Canalizo, con apenas un hilo de agua, paramos para almorzar. Después nos introducimos en el precioso bosque de pinsapos de los Hoyos de la Caridad, siguiendo el sendero que enlaza con el que viene de los Quejigales.
Nos estamos alejando del Peñón de Ronda, punto en el que vivaquearemos, así que tomamos una decisión nefasta: atrochamos en dirección al Peñón de Ronda, metiéndonos en el mayor campo de aulagas de esta parte de la Sierra (y de muchas otras). Llenos de arañazos alcanzamos el arroyo de la Higuera, donde descansamos. Estamos en plena cara norte de la Sierra de las Nieves, el viento empieza a soplar y el cielo se ha cerrado, así que entramos en calor subiendo y bajando una serie de colinas que bordean los cortados de Los Corralones. Cruzamos la llanura seca de La Laguna a la sombra de un solitario pinsapo, donde encontramos ya una senda bien marcada.
En la distancia vemos ya nuestro objetivo, pero antes tenemos que cruzar un desprendimiento de rocas sobre la senda y alcanzar el pilar de la Breña, junto al Pinsapar de la Mirandilla. Reponemos agua y alcanzamos el cercano cortijo de Peñón de Ronda poco después de las 16.00 con un viento ya fuerte que cubre de nubes grises todo el frente de la Sierra de las nieves hasta la cota de los 1.500 aproximadamente.
Osea, hemos llegado a nuestro objetivo magullados, arañados, con la espalda baldada de tanta mochila pero nuestro plan de dormir bajo el Peñón de Ronda en plan vivac (saco y en el hotel de las mil estrellas) peligra. Porque hace un frío que pela y un cielo amenazante que nos hace replantearnos el plan. Decidimos refugiarnos en el deteriorado cortijo del Peñón de Ronda, donde pasé la noche más perturbadora que he tenido durmiendo en el campo. Más tarde lo explico.
Por la mañana amanece con el cielo igual de plomizo que la tarde anterior. Empacamos a toda prisa, apagamos el fuego y tras comer unas galletas partimos bordeando el Peñón de Ronda en una subida que nos lleva a una cancela junto a una zona arenosa. Tras cruzar y dejarla cerrada giramos a la derecha en el primer cruce poco después y emprendemos un decidido ascenso que nos introduce en el frondoso pinsapar de Cubero. Dejamos los cortados de los Artilleros a nuestra izquierda y tras tres horas de camino a paso casi ligero llegamos al coche en el mirador del Saucillo. Tras un desayuno tardío en Yunquera volvemos a casa.
BALANCE
Ruta espectacular e inolvidable con un amigo y senderista de Primera. El entorno de las cañadas boscosas del pinsapar de Yunquera no tiene nada que ver con el agreste y duro paisaje del entorno del Peñón de Ronda, pero son igual de bonitos, lo que confiere a esta corta travesía un encanto muy especial . Y, como no, los NO-sucesos paranormales de esa noche harán que recuerde esta ruta con un cariño especial.
Agua: en la fuente del Canalizo, fuente de los Corralones, Pilar de la Breña y Cortijo de Ronda
KM: es difícil calcular la distancia con las trochas que hicimos y sin tener gps. Calculo unos 16 km el primer día y unos 8 km el segundo.
MAPAS
Mapa 1: de Mirador del Saucillo a senda al Canalizo
Mapa 2: Senda Canalizo a cortijo de Peñón de Ronda
Mapa 3: Cortijo de Peñón de Ronda a Mirador del Saucillo
RELATO FOTOGRÁFICO
Tras un desayuno en una de los bares de Yunquera aparcamos el coche en el Mirador del Saucillo sobre las 10 de la mañana. El cielo está cada vez más oscuro y hace bastante fresco para ser primeros de junio. Nada más comenzar a andar nos introducimos en el frondoso pinsapar de Yunquera.
Hito casi obligatorio para quienes parten desde el Mirador del Saucillo es el pinsapo Candelabro, Árbol Singular de Andalucía. Lo encontramos a unos metros del inicio de la senda.
El sendero nos introduce en la cañada del Puerto del Saucillo, subiendo de manera cómoda y sostenida.
Pronto el paisaje se va abriendo conforme ganamos altura y, tras una hora de marcha llegamos a:
las cercanías del Picacho, bajo la peña del Cuco. Donde damos vistas hacia el Sureste a la cañada de Zarzalones, donde intuímos el hombro rocoso del Tajo de la Caína en el centro-izquierda de la foto.
Al Noroeste nos espera en la lejanía los Andenes de la Cuchara, donde giraremos hacia el Oeste siguiendo la senda hacia el Peñón de los Enamorados. Este tramo de subida es algo más exigente. Hacemos zoom:
Tras rodear los Andenes la subida se hace mucho más llevadera. Los pinsapos han casi desaparecido, sustituido por piornos y matorral. Dejamos atrás el puerto del Cuco, dondo vistas a:
la cañada de la Cuesta del Hornillo. Pronto vemos el Peñón de los Enamorados.
La cumbre está ya muy cercana, pero gracias a las indicaciones de un abuelo que ha salido a pasear con su nieto, nos desviamos a la derecha por una senda apenas perceptible en dirección Noroeste hacia la cañada del Canalizo.
Tras un descenso por un sendero bastante roto en algunos tramos llegamos al puerto del Canalizo donde ganamos vistas al pinsapar de los Hoyos de la Caridad.
Nos vamos acercando de nuevo a los pinsapos siguiendo diversas cintas rojas que jalonan la senda hasta llegar a la fuente del Canalizo. Decidimos parar para almorzar en compañía de dos senderistas que encontramos en la fuente.
Retomamos el camino que nos introduce en el pinsapar de los Hoyos de la Caridad.
Vista del interior de Cueva Oscura, a unos cientos de metros de la fuente del Canalizo. El suelo está alfombrado de conguitos de cabra pero es un buen refugio en caso de imprevisto.
Max buscando alimañas en las oquedades de esta covacha.
Continuamos por este espectacular bosque.
La humedad y frondosidad del bosque es excepcional. Una delicia para cualquier senderista. Pero el camino nos lleva en dirección contraria al objetivo del día: el Peñón de Ronda.
En un tramo del camino tenemos estas vistas del Peñón de Ronda (centro-izquierda) y los cortados de los Corralones. Hacemos zoom:
No podemos seguir por el camino que llevábamos, así que tomamos la fatídica decisión de atrochar hacia el Noreste buscando el arroyo de la Higuera, situado entre alguno de los pliegues marrones que se ven en la cuadrícula izq.-abajo de la foto.
Nos metemos en un espectacular de campo de aulagas y otras plantas espinosas (algunas, además, de las pringosas que se agarran). Forcejeamos abriéndonos camino. Miro atrás y veo a Max en dificultades.
Lleva pantalones cortos, aunque con las aulagas llevarlos largos tampoco supone mucha diferencia. Tampoco lleva bastones. Tras más de media hora de lucha espinosa, y romper mi paraguas, descendemos hasta el arroyo de la Higuera.
Nos recomponemos un poco junto al arroyo. Las vistas al Sur son espectaculares:
Ha valido la pena
Volvemos a ponernos en marcha, rodeando las paredes calizas de los Corralones,esta vez siguiendo las trazas de animales y procurando no perder mucha altura hasta llegar al llano de la Laguna, que encontramos seca.
La senda sigue faldeando por la cara norte de la Sierra de las Nieves. Al fondo un derrumbamiento ha cortado parte del camino.
Llegando al pequeño pinsapar de la Mirandilla, muy cerca ya del Peñón.
Y de su cortijo, situado en uno de los lugares más desolados y agrestes de esta Sierra. Y en el que tuvimos una experiencia curiosa que merece ser contada:
El tiempo había empeorado, con una capa de nubes grises cubriendo las cumbres sobre la cota de los 1.500m y un fuerte viento del Norte que hizo muy desagradable el hacer vivac al raso. A mi no me entusiasmaba la idea de pernoctar en el interior del cortijo pero estaba atardeciendo y el coche se encontraba en el Puerto del Saucillo, a unas tres horas de camino.
Y no me entusiasmaba por que documentándome sobre esta ruta en Internet encontré un relato sobre un grupo de senderistas que hacía unos años había pernoctado en el cortijo. Usaron la tabla ouija y a dos que se lo tomaban a cachondeo la tabla les dijo que se fueran inmediatamente del cortijo. Los bromistas hicieron caso, se fueron y al poco rato el techo se derrumbó sobre los que se quedaron.
Yo casi ni le di importancia por parecerme una leyenda urbana-serrana. Empecé a recordarlo de nuevo cuando junto a la entrada del cortijo encontramos colgadas de un árbol las cabezas cortadas de unos corderos.
Tampoco pasé por alto que un ala del cortijo estaba derrumbado.
También cuando al entrar dentro:
Encontramos una calavera de macho cabrío en una estantería en la parte derecha de la foto. Después Max descubrió en la planta de arriba una soga atada a una viga del techo. Bien, No es un buen comienzo y la sala muy acogedora no era. Pera era lo que había. Hasta que Max lo empeoró cuando, a la hora de dormir, puso en su movil un podcast de Iker Jiménez sobre el fantasma de una casa rural en Francia. Le obligué a que pusiera un capítulo sobre Egipto y rollos de esos. Lo hizo y a los cinco minutos ya roncaba, mientras yo pasaba en vela toda la noche con un ojo puesto en la escalera y el otro en la puerta esperando… no se qué.
Ya clareaba cuando nos levantamos, recogimos todo lo que habíamos llevado y, tras comer dos galletas, dejamos atrás este lugar un tanto lúgubre. Como buen amigo que soy fue en ese momento cuando le conté a mi compañero la historia de la Ouija. La ignorancia a veces da la felicidad.
Empezamos a subir hacia el Oeste, bordeando el Peñón de Ronda hasta atravesar una cancela que luego dejamos cerrada. En el primer cruce giramos a la derecha para ascender a continuación al interior de frondoso y espectacular pinsapar de Cubero.
Ignoramos un desvío a la derecha hacía la Cueva del Hornillo, atravesamos Cubero para luego rodear por la derecha el Tajo de los Artilleros. Tras una media hora de camino llegamos de nuevo al Pinsapo Candelabro y de alli en unos minutos estamos en el mirador del Saucillo. Paramos en Yunquera a tomar un merecido desayuno y volvimos a casa.
Un saludo.