De nuevo en el P.N. de Cazorla, Segura y las Villas, pateando en esta ocasión la zona norte de la Sierra de Segura. Junto con mi hermano Peregrino Gris hemos pateado cientos de kilómetros de estas sierras que llevamos en el corazón desde que éramos niños. Para mí recorrer el segundo mayor bosque de Europa significa oxigenar el alma, me sirve para cargar pilas. Sobre todo cuando estas tres días haciendo senderismo y no te encuentras con nadie, excepto en los pueblos por los que hemos pasado claro. Porque la sensación de soledad, de inmersión en la Naturaleza que se consigue en este Parque Natural, y en especial en la Sierra de Segura, es única, ni en los Pirineos ni en Picos de Europa tienes la densidad de vida salvaje y la percepción de soledad que se consigue en estas montañas.

Como siempre los planes no salieron como los teníamos planeados y aún así tuvimos tres días excepcionales de senderismo. El día 1 de diciembre de 2016, tras salir muy temprano de Marbella y dejar el coche en el monumental pueblo de Segura de la Sierra la empresa Anda Bosques del Sur nos llevó de manera impecable al cruce de la Era del Fustal, bajo la cara sur del monte Navalperal. Es más de mediodía y el reto de este día nos introduce siguiendo el Gr247 por el bosque de las Acebeas, que en este otoño luce espectacular. Ha llovido los últimos días y el cielo está muy cerrado con viento y malas previsiones. Nuestro objetivo es subir a lo alto del monte Navalperal y pernoctar en lo alto de su cumbre.

Pasamos una mala noche con ventisca y chubascos intensos y amanecemos metidos en una espesa niebla. Descendemos el Navalperal y enfilamos hacia Siles siguiendo nuestro querido Gr 247. En este segundo día recorremos unos 15-16 kilómetros. El primer tramo nos introduce de nuevo en el bosque húmedo de las Acebeas. Después de un tramo de carril por un bosque de pinos de repoblación recorremos un sendero de herradura que nos hace rodear el cerro Bucentaina hasta descender en su cara Norte frente al pueblo de Siles. El tramo final del Gr 247 la verdad es que nos hace dar un amplio rodeo hasta llegar al pueblo.

Allí nos alojamos en el hotel Cruz, donde el propietario Santiago nos sirve un buen almuerzo serrano y nos entretiene hasta la extenuación con su charla.

El tercer día regresamos a Segura de la Sierra. Santiago tiene el detalle de ahorrarnos los primeros kilómetros de camino llevándonos en su todoterreno a la Hueta, una bella aldea desde la que nos acercamos a visitar las cercanas y espectaculares cascadas del río Morles. Tras regresar sobre nuestros pasos, remontamos el carril que nos conecta con el puerto de Siles, donde enlazamos con el gr 247 que nos llevará primero al área recreativa de Los Estrechos, donde hicimos un almuerzo a mediodía. Y desde allí una senda de herradura nos llevó a media ladera hasta la base de Segura de la Sierra. Tras una media hora de duro ascenso llegamos a este espectacular pueblo donde teníamos alojamiento reservado. El resto del día lo dedicamos a visitar el castillo y descansar antes de volver a Marbella.

REPORTAJE FOTOGRÁFICO

dscf0168Empezamos en el refugio de la Era del Fustal, increiblemente bien conservado a pesar de situarse junto a una carretera bastante transitada en verano. dscf0169Vista exterior del refugio, que por fuera parece una cárcel la verdad. A la derecha se puede ver la cartelería del Gr 247 que seguiremos durante estos tres días. dscf0171El sendero nos conduce al principio junto a la carretera en dirección Norte hasta introducirnos en:dscf0180

espectacular  bosque de Las Acebeas, la zona más húmeda del Parque Nacional. Una masa boscosa frondosa y empapada, lleva varios días lloviendo y se nota. Encima podemos ver las bayas de acebo tan características de esta parte de la Sierra de Segura.dscf0184

Pasamos junto a una antigua alberca abandonadadscf0186El camino pasa junto a las ruinas de una antigua casa forestal. dscf0189El sendero es una delicia, sin apenas notar el desnivel nos acerca entre las hojas de arces y álamos hasta:dscf0190La Casa Forestal de las Acebeas, que conforman varias edificaciones que, según he podido leer esta «alquilado» a una institución catalana que se dedica a estudiar el cambio climático. El lugar es espectacular para convertirlo en refugio de montaña, campamento juvenil, etc, para que fuera disfrutado por mucha más gente pero bueno, cuando hablamos de las Administraciones, éstas suelen poner a la gente al final de la cola. Nosotros cargamos cinco litros de agua en la fuente de piedra que se ve en la foto antes de comenzar el ascenso al Navalperal, nuestro objetivo del día.dscf0193Los verdaderos amos de las Acebeas nos salieron a cobrar el peaje, deben ser el terror de las ardillas.dscf0200En este cruce de senderos cogimos para la izquierda hacia el Navalperal. Al día siguiente continuaríamos por la derecha en dirección a Siles.dscf0207El carril nos subirá en tres kilómetros algo más de 300 metros de desnivel, pero se hacen de manera cómoda en poco menos de una hora.dscf0210El bosque va desapareciendo conforme ganamos altura. Apenas se ve, pero al fondo ya se ve nuestro alojamiento para la noche, hacemos zoom:dscf0211Caseta de vigilancia de Navalperal, ubicada en un impresionante espolón rocoso colgando del extremo sur de este calar espectacular.dscf0217Casi antes de llegar a la meseta del calar encontramos este cruce que nos conducirá directamente hasta la caseta.dscf0219Mirando atrás vemos parte de la llanura herborosa del Navalperal.dscf0223El sendero nos conduce, entre grandes rachas de viento, hasta el refugio.dscf0225La caseta está impecable, limpia y despejada. Nosotros la dejamos igual que la encontramos, limpia y con una carga de leña, además de unas velas.

dscf0233Las vistas desde Navalperal son incfreibles. Al Oeste podemos ver en la parte izquierda superior, cubierto de nubes, el Yelmo. En el centro de la imagen se ve el llano de la aldea de Los Royos y encima la cumbre y el descampado de Segura la Vieja.dscf0238Mirando al Este damos vistas a la Sierra del Agua y a los interminables bosques de estas sierras. ¿Cuantos árboles podemos ver en esta imagen? 50.000? En el centro podemos otear las casas de las Acebeas. Hacemos zoom:dscf0239Que pena que la gente normal no pueda disfrutar de estas construcciones en este entorno increible…dscf0245Tras descansar un rato decidimos dsrnos un paseo por la llanura del calar. Aprovechamos para cargar leña, tenemos que recorrer casi todo el Navalperal para conseguir varios tocones medio decentes y bastantes ramas medianas y chicas, pero toda la leña está muy húmeda. Y lo pagaremos.dscf0246Aprovecho para asomarme por la parte Oeste del calar dando vistas al boscoso valle de la Hueta. Y aquí? Cuantos árboles se ven en la imagen? 40.000?dscf0248Formaciones turriculadas en los cortados del Navalperaldscf0259Mirando al sur vemos el modélico calar del Espinodscf0260Haciendo zoom podemos ver la enorme llanura de este calar y como las nubes cada vez van bajando más. Conforme pasa la tarde el viento se convierte en ventolera, el termómetro se desploma por debajo de los 0º y optamos por:dscf0267Hacernos unas sopas reforzadas por unos filetes empanados que nuestra madre gentilmente nos ha preparado. Ole! Al anochecer usamos todas nuestras habilidades para encender la chimenea, pero es imposible, la leña está empapada y, tras 1 hora intentándolo, nos rendimos y nos resignamos a pasar una noche siberiana. El viento empieza a sacudir los ventanales del refugio. La lluvia arrecia durante toda la noche y la sensación térmica baja varios grados de 0.

Por la mañana amanecemos metidos en la nube, con intensas rachas de viento y lluvia. Cambiamos de planes: en vez de ir a la cumbre del calar de Cobos, el Puntal de la Misa para dormir en su caseta (sin posibilidad de hacer fuego con la que está cayendo) decidimos variar el plan y nos encaminamos hacia Siles, en los límites norteños del Parque Nacional. Pero como llueve tanto decido guardar la cámara hasta que llegamos al Área Recreativa de la Peña del Olivar, ya cerca de Siles.

Descendemos de nuevo hasta la casa de las Acebeas, en cuyo cruce señalizado nos desviamos en dirección Norte hacia Siles. Atravesamos durante media hora larga otro tramo del húmedo y espectacular bosque de las Acebeas hasta salir a un carril que recorremos un par de kilómetros. De nuevo las señales nos encaminan hasta la fuente de la casa de Nieve. Poco después enlazamos con un sendero de nuevo impecablemente señalizado que nos hace rodear el cerro Bucentaina hasta dar vistas a Siles. Descendemos el cerro por un bello madroñal hasta salir a un carril a la derecha que nos conduce a la fuente del Nogueron. Hacemos una parada en este punto para refrescarnos un rato y luego andamos 1 km hasta el Área Recreativa de la Peña del Olivar, donde hacemos una pausa más larga. Desde este punto enlazamos con la carretera asfaltada que en 2km nos sitúa en lo alto del pueblo de Siles. Habremos andado en esta etapa un total de unos 16 kilómetros.

dscf0273La piscina natural de Siles en la Peña del Olivar. dscf0280El lugar es idílico, con fuente, mesas y bancos. dscf0286Dejamos atrás el Área Recreativa para recorrer durante un par de kilómetros la carretera con destino a Siles. Ascendemos hasta el pueblo y tras preguntar a unos serranos llegamos a la parte alta del pueblo donde, como no, está situado el hotel donde nos alojaremos. Allí Santiago el propietario nos acogió al grito de ¡¡Los Chicos Superiores!! intercalando durante 25 minutos numerosas anécdotas de Siles, de las rutas que hay en el municipio, de su hotel, de los clientes que tiene alojados, etc, etc. Al final se apiadó de nuestro aspecto cansado, dejó de hablar y nos enseñó nuestra habitación. Todo un personaje.

Tras ducharnos y almorzar en el hotel (pagando el peaje de «disfrutar» de la verborrea incontenible de Santiago una vez más) nos echamos una siesta y después damos un paseo por el pueblo.

Cenamos pronto y encartamos con Santiago que nos llevará en su Land Rover hasta la Hueta, una aldea sita a 5km aproximadamente y ahorrándonos la parte más fea de la etapa 1 del GR 247 que nos llevará de vuelta a Segura de la Sierra.

dscf0291Vistas del pueblo de Siles con el cerro Bucentaina a la derechadscf0295Aspecto del restaurante del hotel Cruz. Comimos muy bien y a buen precio.dscf0299El inefable y lenguaraz Santiago la mañana del tercer día junto a la aldea de la Hueta. Estuvo 25 minutos explicándonos cómo llegar a las cascadas del río Morles, su paso por la Telefónica de Marbella, los clientes a los que ha traído a estas cascadas, etc, etc. Grande Santiago!dscf0301Son cerca de las 10 cuando por fin empezamos a andar por este sendero perfectamente marcado que nos desciende hasta la cuenca del río Morles.dscf0308El bosque está muy húmedo y cubierto de juncos y helechosdscf0310Llegamos a la primera cascadilla. Trepando un poco me introduzco por el pequeño cañón del río Morles hasta llegar a:dscf0317las cascadas del río Morles, muy bonitas por cierto!

dscf0319Vista atrás viendo las cascadas al fondo. El entorno es espectacular.dscf0328Volvemos sobre nuestros pasos hasta donde nos trajo Santiago en la Hueta. Allí cogemos el carril que nos ascenderá hasta cerca del Puerto de Siles. En la imagen la Hueta y arriba la Piedra del Agujero.dscf0330Fuente y casa forestal de Los Pilarillos. Nos incorporamos de nuevo al a etapa 1 del GR 247 que transita durante unos metros junto a la carretera asfaltada que conduce a Orcera. dscf0331En este las señalizaciones nos sacan del carril para iniciar el descenso hasta el Área Recreativa de Los Estrechos, donde tenemos previsto hacer la primera parada del día.dscf0338Los Estrechos está perfectamente equipado con mesas, fuente y merenderos techados. Es un entorno muy bonito y tranquilo a pesar de la cercanía de la carretera a Orcera.

dscf0341dscf0340

dscf0344Nosotros aprovechamos para hacer un descanso y comernos un buen bocadillo y algo de fruta. Apenas nos quedan poco más de 7 kilómetros hasta Segura de la Sierra.

dscf0345El pinar es espectacular.dscf0346El sendero nos sumerge en el bosque hasta coger el antiguo camino de herradura que unía Segura de la Sierra con Orcera

dscf0348Transitamos a media ladera, sin apenas subir y bajar. Predominan los pinos y un enorme romeral mientras las nubes nos dejan ver cada vez menos paisajedscf0356Este tramo es muy bonito y fantasmagóricodscf0363Durante un buen rato damos vistas a Orcero y al valle hasta rodear la montaña y enfrentarnos a la última cuesta del día.dscf0374Cruzamos una rambla y hacemos una parada para reponer fuerzas de cara a la cuesta que nos espera hasta Segura de la Sierra. Son ya las dos de la tarde y tenemos ganas de una ducha y darnos un buen homenaje en la Mesa Segureña, donde tenemos reservado una habitación.dscf0376El cielo se despeja y la subida se hace más amena viendo a lo lejos el castillo de Segura de la Sierra.dscf0387Probablemente el pueblo más bonito de todo el Parque Nacional.dscf0394Tras algo más de media hora de ascenso llegamos por fin a la Puerta Catena, la entrada al pueblo.dscf0400Nos recibe este gato serrano que debe ser el terror de los ratonesdscf0401Fachada de la casa en la que nación Jorge Manrique, autor de Las Coplas a la muerte de su padre, de obligatoria lectura en mis tiempos de la EGB y el BUP.

dscf0408Vistas del Yelmo desde la ventana de la habitación que hemos reservado.dscf0409Zoom a la cima del Yelmo entre nubes y antenas. Es una de las grandes cumbres de estas sierras.dscf0421Tras almorzar y darnos una ducha aprovechamos para visitar el castillo de Segura de la Sierra. Vistas de la curiosa plaza de torosdscf0423Torre del Homenaje y parte del patio del castillo. dscf0428Jorge Manrique escribiendo las Coplas. Su padre Rodrigo fue Gran Maestre de la Orden de Santiago y repartió bastante leña y matarile a sus vecinos nazaríes del reino de Granada. Participó activamente en los conflictos civiles del reino de Castilla, en la farsa de Ávila, en el pacto de los Toros de Guisando y tomando partido por Isabel la Católica.  dscf0429Vistas desde lo alto de la torre del homenajedscf0430Calar del Espinodscf0431Caseta del Navalperal donde dormimos dos días antes.dscf0434Interior del patio de armas del castillodscf0439Reunión fantasmagórica del Capítulo de la Orden de Santiago. Tras comprar unos libros de historias serranas en la tienda del castillo bajamos de nuevo a la Mesa Segureña para cenar y dormir. Como siempre los paisajes, la Naturaleza pura de estas sierras y los serranos que se cruzaron en nuestro camino no defraudaron y volvemos a Marbella con las pilas cargadas y muchas agujetas.

¿Dinos que te ha parecido la ruta?

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies