El Cerro de la Fulaneja preside uno de los valles más bellos y recónditos de Sierra Blanca. Alejado de la masificada subida a la Cruz de Juanar o La Concha, esta propuesta senderista, apta para casi todos los públicos, permite conocer algunos de los parajes más bonitos de nuestras montañas.
La ruta comienza junto al refugio de Juanar. Recomendamos comenzar la excursión lo más pronto posible porque, si es fin de semana, la zona se convierte en una romería por la cantidad de gente que sube de la costa a respirar aire puro. Recorremos el carril de tierra entre pinos que nos asciende durante unos cientos de metros hasta que el terreno se abre dando vistas al precioso valle de Juanar.
Tras atravesar el olivar, tomamos el desvío a la derecha que nos dirige al interior del bosque de pinos Monterrey que es una de las señas de identidad de este valle.
Dentro del pinar, tapizado de helechos y zarzas, tenemos que coger a la derecha en el cruce señalizado (a la izquierda continua el sendero que se encamina a La Concha), siguiendo un carril que muere en un llano arenoso desde donde veremos en lo alto uno de los puntos importantes de esta ruta: el puerto de la Viborilla con su solitario e imponente pino.
El ascenso se acentúa, mitigado en parte por numerosas zetas talladas por el viejo sendero que se dirige a Istán. En apenas 25 minutos nos situamos en lo alto, junto al solitario pino de la Viborilla.
Podemos recuperar el resuello admirando las bellas vistas del valle de Juanar o andando unos metros para dar vistas al valle de la Fulaneja. Esta depresión era utilizada antiguamente por las gentes de Istán para plantar cereales. De hecho, el viejo camino de Istán cruza el valle y debemos recorrerlo en parte.
Iniciamos el descenso por el sendero hacia el fondo del valle. Al poco encontramos un poste señalizador, de frente iríamos a Istán.
Nosotros optamos por desviarnos a la derecha y comenzamos a descender hasta el fondo de la depresión. A nuestra derecha ganamos vistas al espectacular cortado calizo de Los Púlpitos, unas formaciones calizas que semejan las torres de una inmensa catedral. En el centro del valle encontramos una formación rocosa donde podemos hacer un descanso para el bocadillo.
Tras la pausa, seguimos por el sendero para ascender hasta el otro lado del valle. La subida es un poco empinada pero hace rápidamente. Desde lo alto, junto a un depósito de agua, cogemos un carril que nos conduce rodeando Los Púlpitos.
Llegamos a un cruce de caminos muy bien señalizado: a la izquierda podríamos incorporarnos al Sendero de José Lima, una ruta circular muy interesante y fácil que permite conocer un pequeño pinsapar a la sombra de Sierra Canucha.
Nosotros optamos por continuar hacia la derecha y pronto el carril nos muestra vistas al Refugio de Juanar, muy por debajo de nosotros. Sólo resta descender por esta empinada pista terriza hasta el castañar que rodea al antiguo pabellón de caza del Marqués de Larios, donde dejamos el coche al inicio de esta espectacular ruta circular.