Ruta Vivac La Concha-Sierra Blanca 21 de junio de 2014
Tipo: lineal
Dificultad: alta
Duración: 5,30 horas (ida y vuelta)
Distancia: 12 Kms(ida y vuelta)
Desnivel: 440 mts
Agua: ninguna fuente en todo el trayecto. Nosotros acarreamos tres litros por persona.
Introducción:
La segunda edición del Vivac de la Concha en la Sierra Blanca es un magnífico ejemplo de las maravillas “a pie de playa” que tenemos en Marbella. Ruta aérea y panorámica, exigente y dura a tramos con casi 500 metros de desnivel. La ascensión a la Concha transita por lugares realmente no aptos para gente con vértigo (Salto del Lobo y los Escalones), aunque yo he visto niños de diez años hacer cumbre.
Los doce kilómetros, seis ida y seis vuelta, de esta ruta nos permiten recorrer casi toda la cresta de Sierra Blanca. Las panorámicas de la Costa del Sol, Campo de Gibraltar y Norte de África por el sur, y de las diversas sierras malagueñas(y de Cádiz y Granada) al Norte y Oeste convierten a esta ruta en uno de los mejores miradores del Sur de España.
Como llegar:
Para ir al Refugio de Juanar debemos buscar la carretera A-355.Desde Marbella es la salida de la autovia A-7 o E-15 a la altura del Centro Comercial La Cañada, marcada como Ojén. El Refugio de Juanar está a solo unos 17 Km de aquí. Una vez en esta carretera, la A-355 dirección Ojén empezamos a subir sin desviarnos a la derecha al pueblo. Continuamos hasta el puerto de Ojén, dejando atrás la cantera. A pocos metros veremos un carril en el que posicionarnos para girar a la izquierda, señalizado como Refugio de Juanar. Aquí ya cogemos la carretera MA-469 durante unos diez minutos hasta llegar a este antiguo Pabellón de Caza Real.
Datos de interés de Sierra Blanca:
La Sierra Blanca es un macizo montañoso situado entre la Sierra de las Nieves y la Costa del Sol, en Andalucía. Debe su nombre a la escasa presencia de vegetación que hay entre sus grisáceas rocas calizas. El pico de la Concha (1.215 m.), llamado así porque visto desde el oeste se asemeja a un molusco, es el segundo más alto, tras el Pico del Lastonar (1.270 m.) Otros picos son: el cerro de la Zarina (1.141 m) y Cruz de Juanar (1.178 m.).
Entre la vegetación se encuentran castaños, cerezos, helechos, un olivar, pequeños pinsapos de repoblación, pinos carrascos, piñoneros, insignes y resineros. La fauna está representada por águilas reales, perdiceras, culebreras, azores, buitres, cabras montesas, tejones, etc.
La ruta:
La subida a la Concha desde Juanar es la ruta más destacada de las numerosas que se pueden hacer en la Sierra Blanca. Partiendo desde el Refugio de Juanar (antiguo Pabellón de Caza Real y a donde el general Charles de Gaulle se retiró a escribir sus memorias) esta excursión nos permite pasar cerca de tres de los cuatro picos señeros de esta sierra: Cruz de Juanar, Salto del Lobo y Lastonar, antes de coronar la Concha.
El mayor atractivo de esta ruta son las vistas impresionantes: al Norte la Sierra de las Nieves, al Sur la Costa del Sol y Marruecos, al Este Sierra Nevada y al Oeste el Campo de Gibraltar. O lo que es lo mismo, media Andalucía y parte del extranjero.
Una opción muy recomendable es hacer noche en la cumbre. Ésta es muy rocosa y accidentada, pero hay dos o tres pequeñas zonas llanas con muritos donde tumbarse y ver las luces de la civilización o las de las estrellas. Por supuesto sin tienda y sin dormir, que en sitios peores se ha plantado la Benemérita.
Tras dejar el coche junto al Refugio de Juanar, comenzamos a andar mi hermano Peregrino Gris y yo a las 17.00, con unos 30 grados de calor y una brisa suave que de vez en cuando nos alivia la calima que sentimos.
El inicio de esta ruta parte por un carril forestal que atraviesa el valle de Juanar. En diez minutos se nos abren las vistas a esta hoya reforestada con olivos, pinos y eucaliptos. El monte piramidal es la Cruz de Juanar, a su derecha se ve la cuerda de Sierra Blanca, a donde accederemos tras cruzar el bosque de pinos de repoblación que se ve al fondo.
Desvío: a la izquierda se llega en unos minutos al Mirador de Marbella, lugar muy transitado sobre todo los domingos. A la derecha parte el camino que nos introducirá en el bosque de pinos Monterrey que nos llevará a la Concha.
Tras pasar los últimos olivos encontramos un bosquete de castaños, algunos de buen porte, mutilados. Si es para prevenir plagas, desde luego que los han afeitado bien.
El pinar está al alcance de la mano.
El interior del bosque está literalmente alfombrado de helechos y zarzas. El frescor es evidente. El sendero nos hace rodear poco a poco la base norte de la Cruz de Juanar y eso se nota con este pequeño microclima.
Desvío en medio del pinar. A la derecha parte la senda en ascenso al Puerto de la Viborilla con su solitario pino: es el camino natural para dirigirse a Istán por la Cañada de Juan Inglés. A la izquierda nosotros cogemos para subir hacia la Concha.
Tras una media hora de camino el bosque se acaba en un llano arenoso. Comienza la parte más dura, una subida de 40 minutos en la que remontamos unos doscientos metros de desnivel hasta situarnos en el puerto de las Allanas, en la misma cresta de la Sierra Blanca.
La senda nos introduce entre pinos y arbusto mediterráneos. A la derecha se puede ver lo tupido de la ladera norte de la Cruz de Juanar. Esta frondosidad esconde un tesoro que se verá en la siguiente foto.
Un pequeño rodal de pinsapos sobrevive escondido en este recóndito rincón de la Sierra Blanca. Existe otro bosquete, un poco mayor, en la zona del Pozuelo, por el lado norte del monte Gurapalo.
Vista atrás: al fondo se ve el puerto de las Viborillas, por donde se va a Istán.
Toda la senda de subida hasta el puerto de las Allanas corre paralela a las vallas que el Centro de Recuperación e Investigación Cinegética de Juanar ha instalado para controlar la población de cabras montesas. A ésta la cazamos fotográficamente muy cerca de la senda cuando se protegía del calor a la sombra de la encina.
Por fin la subida se modera al llegar al puerto de las Allanas. Hace algo más de un año desbrozaron la zona dejando un amplio llano limpio de arbustos y podando un pequeño bosquete de encinas y enebros para que cojan forma arbórea.
Apenas veinte minutos de zetas nos separan de la cumbre de la Cruz de Juanar, pero debemos girar 180 grados para ver nuestro objetivo:
A la izquierda de la foto puede verse la joroba pedregosa de la Concha. El camino nos llevará hasta ella cresteando por la cuerda de la Sierra.
Atrás queda el camino recorrido: el boscoso valle de Juanar con el pinar por el que hemos transitado. A la izquierda se sitúa el puerto de la Viborilla.
Nos quedan dos horas de camino, son las seis de la tarde y el sol aprieta. Tras dejar atrás el puerto de las Allanas nos encaminamos en suave ascenso hacia nuestro próximo objetivo: el Salto del Lobo.
La senda nos termina acercando al Salto del Lobo. Se abre el paisaje por el Norte. Bajo el palo del PR se sitúa el pico Plaza de Armas. A la derecha está el macizo calcáreo del Torrecilla (1919m).
El camino nos hace rodear por la ladera Norte el Salto del Lobo.
El Salto del Lobo. Es uno de los tramos más complicados de esta ruta. No es peligroso si se tiene cierta práctica, se presta atención al camino y no se tiene vértigo.
Vista del barranco del Salto del Lobo. Cañada impresionante que desciende en dirección al embalse del río Verde en Istán.
Vista atrás del Salto del Lobo. Diez minutos de trayecto un poco aéreo por partes, pero que se pasa bien.
Tras esta prueba toca rodear por el Sur el cercano Lastonar que, con 1.270 metros, es el pico más alto de la Sierra Blanca. En su cara Norte todavía se aprecian los restos de un helicóptero estrellado hace veinte años en esta cumbre. Por desgracia murieron el piloto y los dos novios recién casados de Gibraltar que disfrutaban de un regalo de bodas con un viaje panorámico en helicóptero por la Costa del Sol.
Bordeando el Lastonar es muy frecuente encontrar cabras montesas, ya que se suelen situar al Sur o al Norte de este pico en función del frío y el calor. A esta joven madre y su cría las sorprendimos cruzando la senda muy cerca de nuestra posición y se dejaron fotografiar sin mucha dificultad.
Tras rodear la ladera Sur del Lastonar tenemos una vista clara de nuestro objetivo final. La cumbre de la Concha se puede ver en la parte superior izquierda. El camino en este tramo está muy roto por lo agreste y pedregoso del terreno, con lo que conviene ir lo más pegado posible a la cresta sin perder mucha altura. Pero antes hay que pasar El Escalón (en la parte derecha de la foto), la parte más peligrosa de esta ruta.
El Escalón, es el tramo más complicado de la ruta, ya que va por el filo del barranco del arroyo Calaña. Con cuidado y sin prisas se puede pasar esta parte de la excursión. Nosotros decidimos aprovechar la sombra para descansar un rato. Mientras mirábamos atrás al camino ya recorrido….
…ops, ¿Qué vemos recortada en la cresta de enfrente?…
…la joven madre de cabra montesa nos vigila.
Cruzando la parte más complicada de El Escalón. Teniendo en cuenta que cientos de personas acceden a la Concha todos los años, las autoridades competentes deberían poner una cadena o ayuda similar en este tramo porque un día habrá una desgracia en esta parte tan comprometida.
Las vistas son espectaculares desde este expuesto paso aéreo.
Oteando la cercana cumbre de La Concha. A la derecha se puede ver un ejemplar notable de palmito malagueño.
Tratamos de mantenernos lo más cerca de la cresta para recibir la brisa que viene del sur. La vegetación se limita a enebros y sabinas rastreras, esparto, algún pino aislado y lejos de la senda, y poco más.
Vistas de Marbella desde la cañada del arroyo de las Piedras. En la base de este arroyo, por encima del pinar de Nagüeles, se encuentra la Mina de Buenavista, recuerdo de la riqueza metalúrgica de esta ciudad en el siglo XIX y primera mitad del S. XX. De Buenavista se extrajo durante casi doscientos años plomo de su mina que se trataba en una fundición cercana. Hoy sólo quedan ruinas.
Sentados en la cumbre de la Concha. Tras tres horas de camino toca descansar un rato disfrutando del panorama. Puerto Banús a la izquierda. Gibraltar justo encima de mi bota izquierda.
Tras la primera cima (La Concha tiene dos), buscamos el mejor de los varios vivacs preparados para quienes hacen noche en la cumbre. El mayor esfuerzo es inflar la colchoneta del chino que me permitirá pasar una cómoda noche sin clavarme piedras. Tras descubrir las ventajas de usar colchoneta en los vivacs su peso compensa el rodar toda la noche de un hombro a otro rompiéndote la espalda para poder conciliar el sueño.
Preparando la cena tras celebrar con unas cervezas la subida a este pico tan característico. Toca recuperarse y disfrutar de las vistas de este balcón del Sur de España.
Al Norte podemos ver el pico Torrecillas (parte derecha). Justo delante esta el Plaza de Armas. A la izquierda abajo vemos la cabecera del pantano de la Concepción.
Atardecer con vistas a la otra cumbre de la Concha. Hay dos senderistas en su cima, que fotografiaron la puesta de sol y se volvieron con los frotales puestos de vuelta al valle de Juanar. Apuesta arriesgada por que de noche el camino es fácil de perder y te puedes despeñar.
La noche tardó en llegar, hasta casi las once no se cerró la oscuridad. Por contra la Costa del Sol se incendió con millones de bombillas, farolas y neones. El viento alcanzó rachas de unos 30 km por hora, aunque a partir de medianoche amainó completamente, permitiéndonos dormir con unos cómodos doce grados de temperatura.
La noche dió mucho de sí, por que una boda en Istán nos permitió conocer las últimas novedades musicales del verano. Una sucesión de tormentas en el Atlas marroquí nos tuvo un poco en vilo aunque el viento se las llevo hacia el Sureste. Incluso vimos un Ovni que cruzó el cielo estrellado de forma errática de un extremo al otro.
A las seis y media de la mañana nos despertamos con la fresquita. Tras un café calentito, recogemos y nos encaminamos de vuelta a casa.
Parada junto a la cima para ver la salida del sol justo en la cima piramidal de la Cruz de Juanar.
Rodeamos de nuevo el Lastonar con las primeras luces cuando vemos algo recortado en la ladera de este pico…
… no puede ser…
… otra vez la joven madre de cabra montesa y su cría! Parece que nos tienen manía persecutoria.
Tras este encuentro recurrente con la pareja, continuamos volviendo por la misma senda ya descrita. A partir de este tramo la cámara se quedó sin pilas. Con lo que aquí culmina el relato de este vivac excepcional.
Impresionate, formato de tu blog! ¿Cuanto tiempo llevas bloggeando? haces que leer en tu blog sea divertido. El aspecto total de tu web es bien pensado, al igual que el material contenido!
Saludos
Muchas gracias. Pues llevo poco con esto del blog por falta de tiempo. De hecho ahora estoy apretando un poco para meter más entradas. Un saludo.